Jordi Alba, otro 'enano' con futuro rojo


Era un intrépido niño que se quedó por miedo a la incomparecencia deportiva de Vicente. Un inexperto en esto del balón. Su nombre era una incógnita. ¿Quién es ese pequeñito? Jordi Alba tuvo que luchar contra jerarquías, manías y malas gestiones de la plantilla para terminar aprovechando una oportunidad más allá de su hábitat naural, en el lateral izquierdo. Y la aprovechó.

El zurdo se paga caro. Hay quien cree que está en peligro de extinción. En el gen del zurdo siempre hay algo especial, un aroma de magia que los hace distintos. Pero Alba cayó en el peor equipo del mundo para adquirir experiencia como zurdo endiablado. Silva, Mata y Vicente le cerraban el paso de una demarcación intocable para un novato.

Antes de aquel partido contra el Werder Bremen en el que Mestalla descubrió a un jugador rápido, ofensivo y voluntarioso, el catalán había participado en cinco partidos. Una cifra ridícula. Desde entonces, con las lesiones de Mathieu y Bruno, Jordi Alba sorprendió como un futbolista aprovechable, listo para el combate de elite.

No era el momento de pedirle cuentas a Emery por no haber confiado mínimamente en un jugador que había pasado desapercibido hasta el momento. Simplemente había que disfrutar el descubrimiento. También es cierto que durante la temporada no le ayudaron las lesiones ni su convocatoria al Mundial sub 20 justo después de haber debutado en Primera.


Con los partidos se asentó en el puesto. Nadie se extrañaba ya de verlo en el carril del 3. Con su incursión en la titularidad, sus buenas actuaciones y su inmenso espacio para crecer, tal vez su éxito futuro dependa una sencilla decisión, retrasar su posición 10 metros.

En la selección Capdevila no tiene un sustituto de nivel. Monreal ha jugado algún partido, pero está lejos de ser indiscutible. Incluso Del Bosque no se llevará al Mundial ningún zurdo en defensa más allá del jugador del Villarreal. Es el nicho de mercado de España.

Por delante hay mucho trabajo, pero el resultado puede ser brillante. Necesita modelar su juego defensivo, moverse con más calma y elegir el momento idóneo para lanzarse al suelo. Como defensa es muy importante no perder el sitio. A su favor cuenta con que es más sencillo aprender a defender que a atacar. El buen ataque es un don, la buena defensa, trabajo constante. Su futuro depende de él y puede ser un porvenir rojo selección.