Apenado, triste, dolorido, hundido y muy jodido. Así se marchó ayer Carlos Marchena del césped de Mestalla. Una inoportuna y maldita lesión le dejaba fuera de los terrenos de juego durante cuatro meses, justo cuando se había ganado la titularidad.
La temporada pasada en el Valencia fue un calvario para el sevillano. No estuvo especialmente acertado en sus actuaciones e incluso se llegó a rumorear sobre su salida del equipo ché.
La culminación de la campaña fue el griterío nacional en contra de su convocatoria para el Mundial. Sin embargo el andaluz no dijo una palabra más alta que la otra y continuó trabajando.
Esta temporada había aprovechado la lesión de Albelda para hacerse un hueco en el equipo, y sus actuaciones en Madrid y Atenas fueron más que correctas. Justo cuando veía la luz al final del tunel, se ha metido en otro más largo y más oscuro, puesto que se ha roto el ligamento cruzado posterior de su rodilla izquierda.
Las lesiones son el peor enemigo de los futbolistas, tal y como lo pudimos comprobar en el caso de Javi Garrido, que se retiró debido a sus problemas en la rodilla. Desde aquí Carlos, un abrazo y todo el ánimo del mundo.
COMUNICAT ÚLTIMES VESPRADES A MESTALLA
Hace 1 mes
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