En una época de pocas alegrías para la afición valencianista, ha aparecido un chaval que le ha hecho recobrar la esperanza. Un niño que juega fácil y rápido, que dribla bien y ve puerta, un Aimar de la casa, David Silva. El canario ha sido el rayo de luz que ha iluminado la sombra del caso Ayala.
Silva ha heredado el 21 de Pablo Aimar, un número que parece no pesarle en la espalda. Lo lleva sin problema ninguno y con muchísimo desparpajo. Eso sí, hay que dejar claro que Silva es Silva, sin las odiosas comparaciones, el de Arguineguín tiene un estilo propio. Sus veinte minutos contra el Salzburgo revolucionaron el choque y en el Trofeo Naranja fue el más incisivo y fantasioso del equipo, y jugando a pierna cambiada.
Si un canterano quiere abrirse paso entre la élite del futbol debe empujar sin esperar ninguna facilidad hasta encontrar el camino. Ese ha sido el caso del paisano de Valerón. Un futbolista que ha brillado como cedido en el Eibar es especial, es distinto.
Tras la marcha de Aimar al Zaragoza, está es su temporada. Tiene un hueco y va a meter la cabeza hasta hacerse con él, estoy convencido.
No hay que echarle más presión de la justa y necesaria a Silva, pero es el único que ha conseguido hacerme sonreír esta pretemporada al verle jugar. Silva ilusiona, y ojalá contagie esa ilusión y ganas de comerse el mundo al resto de la plantilla. Con minutos y confianza, pronto le veremos con la Roja. Tiempo al tiempo.
COMUNICAT ÚLTIMES VESPRADES A MESTALLA
Hace 1 mes
2 rajes:
Silva le da mil vueltas a Aimar, y sino al tiempo. Un crack en ciernes.
Un placer volver a tenerte por aquí ;)
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