Carboni aprovechó la alegría de la jornada de ayer para hablar. Llevaba muchos días sin abrir la boca y tras el partido contra el Salzburgo se desquitó. El italiano quiso hablar claro y dejar las cosas claras, pero creo que no lo consiguió.
El que haya escuchado las declaraciones completas del director deportivo del Valencia no es posible que haya llegado a más de dos conclusiones sensatas. 'Deo' quiso abarcar toda la actualidad valencianista y ya sabemos que "el que mucho abarca, poco retiene".
El único mensaje medianamente claro fue el que le mandó a Ayala y a Quique. Fue un tirón de orejas sin la necesidad de nombrar a los destinatarios de sus palabras. Carboni afirmó que hay que pensar más en el club y menos en uno mismo. Una gran verdad, que si todos siguiesen al pie de la letra el ambiente sería mucho mejor, pero por lástima, en el fútbol como en la vida, el egoísmo está a la orden del día.
A partir de ahí el italiano se hizo un lío y comenzó a mezclar la velocidad con el tocino sin que su mensaje se entendiese. Al final de sus declaraciones daba la sensación de que había dicho muchas cosas, pero al analizarlas uno no acaba de entender adónde quería ir a parar el toscano. ¿Pero qué sería del Valencia sin este tipo de situaciones?
COMUNICAT ÚLTIMES VESPRADES A MESTALLA
Hace 1 mes
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