Albelda no fue el primer jugador que tuvo un pleito con el Valencia por asuntos estrictamente deportivos. Enrique Salvador, el más joven de los integrantes de la media gloriosa, fue acusado por parte del club de disminución voluntario de rendimiento. Evidentemente, ante la imposibilidad de demostrar algo así, el pleito federativo lo ganó Salvador.
Ocupaba la zona diestra del centro del campo, aunque sabía moverse por el medio si así lo necesitaba el equipo. En ocasiones su ímpetu irrefrenable se convertía en excesiva dureza. De hecho fue el valencianista más expulsado de la época y en Sevilla, en medio de una invasión de campo, recibió un martillazo de un aficionado.
Con el paso de los años atemperó su carácter, aunque mantuvo siempre su rotunda personalidad. Discutidor nato, tuvo varias disputas con la directiva, aunque eso no le impidió ser uno de los futbolistas más queridos por la afición de Mestalla.
Se marchó demasiado pronto para muchos, con 26 años, al Hércules. Sólo había jugado cinco partidos en Primera División como blanquinegro, pero se redimió ascendiendo con los alicantinos. Se retiró en 1941.
Con el paso de los años atemperó su carácter, aunque mantuvo siempre su rotunda personalidad. Discutidor nato, tuvo varias disputas con la directiva, aunque eso no le impidió ser uno de los futbolistas más queridos por la afición de Mestalla.
Se marchó demasiado pronto para muchos, con 26 años, al Hércules. Sólo había jugado cinco partidos en Primera División como blanquinegro, pero se redimió ascendiendo con los alicantinos. Se retiró en 1941.